viernes, 1 de enero de 2010

Cima. 15 de agosto de 2009

Es la 1:45 de la madrugada, estamos medio desayunando, ya vestidos para la ocasión con el gore y el plumas, los botines, botas y todo el percal, todo encima.
No hace demasiado frío aquí, unos -4 o -5 ºC en Barrels, pero sin aire, por lo menos de momento. Desayunamos de mala gana, algo de cereales y un te, no entra nada más a estas horas. He cogido de la cocina un par de chocolatinas y me las he metido en el bolsillo del plumas.Sobre las 2 y cuarto, con los frontales y los crampones puestos comenzamos a andar. Vamos muy tranquilos, desde abajo. Ya lo habíamos decidido desde un principio, sin utilizar los gatos de nieve. Son 2.000 metros de desnivel positivo en total. No paramos hasta Pastuckova Rocks (4.680 m), de un tirón en 3 horas de tiempo. Vamos bien, tranquilos y ensimismados en nuestros propios pensamientos, con los pies del compañero a la vista y marcando todos el mismo ritmo.
Paramos unos minutos a beber algo y a echar al cuerpo algo de calorías en forma de barrita de chocolate, no quiero que me falten las fuerzas a partir de ahora. Está comenzando a amanecer, son casi las 5 de la mañana y hace un frío que pela, se ha desplomado el termómetro un montón y quitarse los guantes es un auténtico suplicio aunque tengamos los interiores puestos, vaya con el amanecer.
El alba nos trae otras vistas, subir de noche se hace interminable no controlando absolutamente nada más que el sonido de los crampones rompiendo el hielo y el sobrealiento de vez en cuando.
Ha subido hasta aquí gente con los gatos más tarde, estos no madrugan, total, les va a pegar el latigazo igual, pero con más frío. Suben más despacio, lógico, les salvan 1.000 metros pero notan enseguida la altura. A partir de aquí todo se pone más tieso y complicado. La pendiente se vuelve mucho más fuerte, unos 35º constantes. Esto es mucho más costoso y el ritmo es ahora mucho más importante.
Empezamos a adelantar a mucha gente, entiendo que a los que suben con las máquinas les pega un pelotazo tremendo a 4.700 metros de altura, con un frío de cojones, no me extraña un pelo.
Esto se hace muy largo, comienza una de las partes más delicadas, una travesía por nieve y hielo hasta llegar al collado principal que separa ambas cimas del Elbrus. La cima Este, a la que nos dirigimos comienza con una rampa tremenda. Ya ha aparecido algún síntoma de pequeño dolor de cabeza y un poquito el dolor de espalda. Son muchas horas las que llevamos y en una pequeña parada me tomo rápidamente un ibuprofeno, nada grave. El dolor desaparece, bien y hace que tire con más fuerza.
Aunque los pasos son constantes el ritmo se hace mucho más fatigoso. Alguno se queda un poco más rezagado con Vladimir y va más despacio. Yo intento contar 20 pasos y paro unos segundos a recuperar el aliento. Nos encontramos en la parte final, una canal empinada y en la que hay que tener mucho cuidado , es un paso relativamente corto de unos 100 metros pero por el que pasa todo el mundo y se ha hecho huella profunda con base de hielo, unido a la fuerte pendiente y al cansancio hace que tomemos nuestras precauciones. Es en este corto paso en el que habrá que tener especial atención a la bajada. Llevamos puestos los arneses por si acaso hiciera falta utilizarlos pero no nos hemos encordado en todo el recorrido. Si en  la primera travesía nos hubieramos encontrado muchas placas de hielo habríamos tenido que hacerlo.
Se hace eteno hasta el plató final. Ahora si que queda poco. Vamos ahora todos juntos y subimos con ansiedad los últimos metros y las empinadas rampas de acceso a la cumbre. No hay nada ya. Espero a Iru que viene un poco detrás, me cojo a Nuria y los tres a la vez damos los pasos finales y nos alzamos en la cumbre. Subo emocionado y medio llorando de alegría, que tonto, siempre me pasa lo mismo.
Estamos en la cima del Elbrus, otros 5.642 m de mi vida, con placer total y lleno de todo, pleno.
Abrazos entre todos y especialmente con Igor. Ha costado pero estamos aquí.
Son las 11:45 de la mañana, 9 horas y media de subida, buen tiempo.

Hacemos fotos a todas las caras, no hace demasiado frío, por lo menos muy soporable estando bien abrigados. Estamos una media hora en la cumbre, hay que bajar. Ahora empiezan a llegar los de los gatitos, mala cara por dios...
La bajada es un auténtico coñazo, mucho más lento por el cansancio de la subida, se me hace bastante duro. Yo las bajadas las llevo peor, tengo ese problema y casi bajo prácticamente solo a partir del collado.

Es cierto, la ascensión acaba abajo. Con muchas paradas llegamos de nuevo a Barrels sobre las 4 de la tarde, unas 4 horas y media de bajada bastante lenta, 14 horas totales, una soberana paliza. Ahora si que está la prueba superada.
Hace casi calor aquí abajo, nos cambiamos, sacamos la ropa a secar al sol y nos tomamos algo fresco, llevo la boca como un zapato. Vamos a comer algo, mama María nos prepara un "ensaladilla rusa" exquisita y algo de te con pastas. Es suficiente por ahora. Descansamos toda la tarde. Yo me tumbo en el camastro y duermo de un tirón por lo menos un par de horas, hasta la hora de cenar.
Recogemos todo lo que está fuera, ahora empieza a hacer bastante frío. Todo han sido felicitaciones, los barracones 5 y 6, los ingleses y mi amigo James, de Escocia, con el que coincidí en el avión camino de Mineralnye Vody, majo chaval, Su tropa ha decidido subir con el gato hasta Pastuckova y les parece admirable que nosotros hayamos subido desde abajo.
Vamos a cenar, todo el día en un pienso, tengo ahora poco hambre y me molesta ahora algo el estómago. La espalda está bien cargada del viaje así que me tomo otro espidifén. Hacemos un poco de sobremesa y nos retiramos a nuestros aposentos.
No duermo bien, tengo algo de acidez, el estómago no me deja descansar bien.
La tontería la he cometido cuando llegamos, me tomé una cocacola bien fría y se me ha meneado la querida hernia de hiato, recuerdo genético familiar, que hacía tiempo no me jodía como ahora, bueno, es cuestión de algún día más.
Ya está hecho todo, y en una semana, demasiado pronto para acabar, nos queda casi toda la que viene, a ver como nos organizamos. De momento mañana nos vamos para abajo.
Ya lo tienes hijo, que también va por vosotros, hemos podido a la primera y con ese ventanuco de buen tiempo que ahora dicen que se estropea, vamos, en el momento adecuado.
 

sábado, 26 de diciembre de 2009

Priut 11, el Refugio de los 11. 14 de agosto

Nos levantamos más bien tarde, sobre las 8 y media de la mañana, no hay ninguna prisa en dasayunar, a las 9 de la mañana. María nos prepara algo de cereales y pasta con leche, te y embutidos para picar. Sobre las 10 y media de la mañana salimos muy tranquilamente hacia el refugio de Priut 11, ahora llamado Diesel Hut. En una hora y media de camino nos encontramos a 4.160 m de altura. La idea es descansar hoy las piernas del esfuerzo de ayer para poder estar mañana en mejores condiciones.
"El 16 de agosto de 1998, un grupo de escaladores se cocina una comida en "Priut Odinatsaty". Priut once años, también llamado el "hotel" del mundo. A pesar de que albergaba 120 visitantes en la cabaña esta sólo tenía una cocina pequeña de cuatro fuegos. Como resultado de esto los escaladores se cocinaban la comida con propio hornillo. Hubo un pequeño incendio que se descontroló al intentar apagarlo con liquido de un contenedor que no era agua sino combustible. Todo lo que quedó fue el esqueleto de la estructura metálica principal".
Hoy hay una cabaña, Diesel Hut, construida antes de el macroproyecto de construcción del último Priut, además de el alargamiento del teleférico de Garabashi hasta esta altura, una auténtica salvajada en medio del Cáucaso, todo por el progreso y el turismo.

 


Lleva dos noches soplando un viento de mil demonios, nos preocupa mucho el tema. Llevamos aquí una hora y el tiempo parece que está empezando a cambiar, amenaza tormenta para esta tarde. El tiempo aquí es muy cambiante, puede amanecer despejado y cubrirse en muy pocas horas empezando a nevar. Vamos para abajo, ya tenemos bastante por hoy.
En cuanto llegamos ayer nos causó una tremenda impresión el cambio de ideas con la gente que está por aquí. Aquel sueco fortachón que bajaba del monte ese día, con un frío y un viento muy fuerte, teniendo que haber renunciado a subir después de "3 intentos", con la cara destrozada del aire y del frío. Ese alemán que venía por libre, que salió ayer a las 12 de la noche solo desde abajo y que lo vemos a la hora de comer. Sus pies estuvieron a punto de congelarse al amanecer, cuanto más baja la temperatura y se decide bajar una vez llegado al collado, no quedando nada, un relato tremendo. Mucha gente había renunciado a subir por las malas condiciones climatológicas.
Todo esto y mucho más nos pasa por la cabeza y nos domina, pero mañana se habrán acabado las dudas, por fín.

Gatito, gatito...

Las previsiones de un guía vecino daba dos días de ventana, mañana y pasado, con temperaturas de 
- 15 a - 17 ºC pero con poco viento, es posible que hayamos caído en el momento oportuno.
Descansamos a la bajada toda la tarde, una siestita más o menos larga dentro del saco, que seguro que no dormimos nada.
Cenamos muy pronto, a las 6 de la tarde y dejamos preparada toda la ropa de ataque. Nos acostamos sobre las 9 y media de la noche. Yo no duermo nada, desvelado solo descanso tumbado encima de la cama. He puesto el despertador a las 12:45 para levantarnos y vestirnos.
Ya está todo dicho, vamos para arriba.




Vamos para arriba. 13 de agosto


Estoy bastante nervioso. Está todo preparado. He dormido más bien poco pensando en todo y en los posibles problemas, pero tengo unas ganas de salir brutales y de meterme en harina.
El día comienza como todos, desayuno a las 8 de la mañana, lo de siempre, pepino incluido. Cogemos un taxi a la estación del teleférico de Azau, la estación inicial, a 2.350 m de altura y el primero de los tres telecabinas. El primer cambio es el Mir, a unos 3.000 m que nos lleva directamente a la última estación, Garabashi de enlace hasta el "minitelesilla de Barrels", que da auténtico miedo, con todos los bultos y el meneo que lleva.



Aquí está todo el equipo, menos yo, bueno, alguien tenia que hacer la foto. De derecha a izquierda, Inigo "Iru", Nuria, Yolanda y Luis.
Subimos hasta Barrels Hut, a 3.700 m, destino definitivo y nuestro hogar durante unos cuantos días.
Nos instalamos en el barracón 7, muy pequeño y estirado.
Tenemos varios planes de ataque, con el guía los discutimos como siempre aunque a partir de aquí debería de quedar claro quien manda. Lo habitual es ir aclimatando durante un par de días, subir a Priut 11, unos 4.200 m y a Pastuckova Rocks a 4.690 m. Todo esto siempre y cuando el tiempo lo permita. Dan muy malas previsiones para varios días y una muy posible miniventana para el 15 de agosto, viernes, así que se toma la decisión de comer algo y subir hoy a Pastuckova e intentar estar un buen rato a altura y dejar para mañana una pequeña subida a Priut 11 de medio descanso para intentar dar el golpe definitivo el viernes.

 Barrels Hut. 3.700 m de altura



 Salimos después de tomar algo de te en la cocina y después de saludar a María, la jefa de cocina, una mujer muy amable. Hemos conocido también a Misha, el gerente de Barrels, un tío muy frío y extraño y con unas pintas de trápalas tremendas.
Ya sabíamos de sobra que aquí se menea un montón de dinero a base de las máquinas de nieve "gatos" para los amigos. Estas máquinas hacen subidas de aproximación a Pastuckova el día de cumbre, salvando mil metros de desnivel y colocando al personal a 4.800 m de altura. La decisión de subir de un tirón la habíamos tomado antes de conocernos y en estos momentos seguíamos pensando en lo mismo. Salvaríamos 2.000 m de desnivel positivo el día de cumbre, brutal a estas alturas, pero...
Asi que hoy deberíamos de meternos caña palillera a ver donde estaba la flojera.


                 Feliz Navidad en Agosto

El desnivel hasta Pastukova es de 1.000 m y nos cuesta unas 3 horas y media subiendo muy despacio hasta los 4.700 m. Se nota un montón esa aclimatación tan justita de los días precedentes, ya lo sabíamos de sobra. Una vez en las rocas descansamos algo  y bajamos de nuevo a Barrels. Hace un frío de mil demonios y un aire tremendo. Bien abrigados, con el plumas incluido y un paquetón de nieve recién caida y hielo, con los gatos dándonos por el saco todo el rato. Si esto es lo que hace aquí, en cumbre no quiero ni pensarlo. No tengo ningún dolor de cabeza, aunque todos sabemos que de darnos algo será bajando, así que la táctica del aspirinazo de todas las noches debería de funcionar.


Después de dejar todo en el refugio esperamos la cena a las 7 de la tarde y nos retiramos a descansar pronto. Es nuestra primera noche, que duermo con dificultad, dentro del saco de plumas y con una tabla de madera debajo de la espalda, difícil de conciliar el sueño.

jueves, 17 de diciembre de 2009

1º y 2º día de aclimatación- Terksol Point - Chegeat Peak. 11 - 12 de agosto



Martes, 11 de agosto

Ñam, ñam, kefir y pata de pollo viejo, tomate y pepino, algo de ensaladilla "rusa", un te "CHAI" con limón y algo de pan con mantequilla. La leche hay que buscarla, hasta que descubrimos que se pedía literalmente "MALAKÓ". El pepino es el rey del mambo, hasta en la sopa. Y mira que me dedico a estas cosas, que vengo de casa de recolectar un ensayo de pepinos, pero ostias, ya vale. En fin, está claro que los desayunos serán esto y poco más, veremos que puñetas se come por aquí.
Salimos sobre las 9 de la mañana rumbo al observatorio, a 3.100 m. de altura, dos horas y media de camino por entre medio del bosque hasta justo debajo del observatorio, unos 1.000 m. de desnivel y como las cabras, que aunque haya camino tieso y tendido, las cabras prefieren el oráculo, o lo que es lo mismo, verle el culo al de delante. Para ser primer día voy sobrado. Estos no nos dejan pasar de esta altura, que dicen que se hacen estas cosas poco a poco y que mañana más. Empiezan las discusiones con el guía, esto va a ser la tónica general de estos días.
Es bastante complicado determinar y llegar a conocer cual es la capacidad de un pequeño grupo como el nuestro sin conocernos, ni siquiera entre nosotros, pero creo no equivocarme que físicamente estamos todos bastante sobrados, como luego se demostró, muy a pesar de que nos echaran el freno continuamente. Aquí no solo consiste en subir, sino en no arrastrarse por las alturas. Todos los que formamos el grupo teníamos experiencia en altura, algunos más que otros, en ochomiles, seismiles, cincomiles y cuatromiles, pero todos, y eso es cierto, sabíamos que para aclimatar hay que estar por encima de estas alturillas que nos marcaban. Espero que esto no fuera a pasarnos factura luego, en fin delfín.
Por lo menos intentamos estar algo de tiempo a 3.200 para que el cuerpo se fuera aclimatando ya. El día bueno, suave en el valle y fresco en altura, despejado y limpio.
Bajamos a la famosa cascada de Terksol, donde se juntan las criaturas del pueblo a darse un chapucete si el día lo permite y a ligar si se dejan, que tampoco tienen muchas cosas que hacer por aquí.
Bajamos a comer a Terksol sobre las 2 de la tarde, sopita de la rica con patatita, una especie de pizza con queso y carne, cervecita y té.
A la duchita, tarde de paseo, dominando el idioma nativo, cena y a la piltra.
Mañana otra subida salvaje a 3.600 m., lo que yo te digo, no levantaremos cabeza en la aclimatación. Como nos de un yuyu a 5.000 m. me como al tío este. Además nos adentraremos a la frontera con Georgia, que ya nos han dicho que cuidadín, sin permiso multa y kalashnikov, esto se anima.

Miércoles 12 de agosto

Esta noche he dormido bastante regular, los nervios y varias cosas que han pasado. Cuando llegamos ayer nos fuimos encontrando gente que bajaba de arriba y que nos relataba las experiencias de estos días de montaña.
Unos mozos de Monzón (Huesca), quemados por el sol y el frío y con una cara de agotados pero satisfechos. Nos cuentan que allí arriba fue un infierno, mucho frío y aire, con unas temperaturas de -20 -25 ºC con sensaciones térmicas muy por debajo de estas debido al aire de más de 50 k/h, combinación terrorífica. Ese día solo ellos fueron los elegidos para tocar la cumbre, enganchados al suelo con los piolets y con toda la ropa de abrigo encima. Sabíamos que esto era muy normal aquí, pero los guías nos aseguran que este verano y estos meses de julio y agosto están siendo los más fríos de los últimos años, con un paquetón de nieve y nevadas continuas. Dos días de buen tiempo, una semana de malo.
El material, ya estoy cagando por debajo de la pata, será suficiente? Las botas, aguantarán?, los guantes, joder que son dobles, que llevo verduguillo y calcetines de piel de culo de indio....
Las dudas de siempre, pero ahora más cercanas. Esto no es nunca lo que se piensa.
Tengo claro que si voy a tener problema va a ser por el frío, que junto con la altura será un cóctel muy peligroso. Esto no es un juego, no son los Alpes ni los Piris.
Hoy es el segundo día de "aclimatación versus Igor". A las 9 partimos con un día que amenaza de todo menos buen tiempo. Pues como llevo el miniparagüas lo engancho con la capa y demás armatostes. Subimos al Chegeat Peak otro pico común en las previas al Elbrus. Ya lo dicen, que no se puede subir hasta arriba, que te cuecen los Rusos a kalashnikolazos si te ven. Todo el camino lloviendo,ni saco la cámara de la funda. A partir de 2.200 m. es nieve sin parar hasta llegar al border y a bajar no vaya a ser que nos digan que somos Georgianos y nos empitonen. Eso si, hay un bar cafetería algo más abajo y paramos a comer . Esta zona forma parte del complejo de pistas de esquí de la zona. Por lo menos comemos caliente, estamos empapados. Bajamos a las dos horas medio lloviendo.
Lo que decíamos, esta cambiando después de dos días de calma. Abajo nos notifican que hoy no ha subido nadie al Elbrus y que ha caído algo más de medio metro de nieve, esto nos espera a partir de mañana, bueno, al tajo que para esto hemos venido.Hay que prepararse las mochilas y los aparejos, esto nos llevará la tarde, por lo menos será entretenida.

Mon amour, Магазин

Moscú mon amour.
Acabamos de llegar al aeropuerto de Moscú, son algo así como las 7 de la mañana, nos trasladamos a la T1 desde la terminal de llegada. Menuda paliza de viaje, con el cambio de hora 2 horas más. No he dormido prácticamente nada, solo unas cabezadas, y no he comido casi nada desde la salida de Barajas, solo un bocado en la lata voladora. Tenemos que esperar un rato, no demasiado, para enlazar con la segunda lata voladora, esta más peligrosa, con destino a Mineralney Wody (agua mineral - Минера́льные Во́ды). Todo es muy rápido, el traslado de terminales, una en la punta de otra se realiza con autobús de enlace gratis, como en Madrid, pero en ruso, ni papa, "espasiva tovarich"... Al final, el espíritu español se impone a la frialdad, heladora, de los paisanos del lugar.
Controles de gorras de plato, visados, invitaciones, voucher y todo en regla, petates de un lado para otro y a facturar de nue
vo. A las 9 de la mañana enganchamos el otro para en una hora y media llegar al aeropuerto de enlace de Mineralney Vody, pequeña estancia y vuelta a los controles de rutina, son las 11 y media de la mañana. Aquí nos espera la furgoneta contratada para trasladarnos por carretera a Terksol, nuestro destino final a 2.200 m. de altura. Por una carretera vieja llegamos en unas 4 horas, muertos rendidos al hotel Wolfram, un hotelito más viejo que la pana, de tiempos de los inicios del turismo en esta tierra, algo que realmente manifiesta la falta de infraestructuras de este valle, con las posibilidades que tiene...
Son las 4 y media de la tarde,han sido 24 horas de viaje sin descanso, cuento todo, cambios autobús Zaragoza, avión Madrid, Moscú, Mineralney, Terksol, que pasada.
Cenaremos a las 7 y si engancho la medio cama que tengo, con colchón de culo de indio, igual no me levanto en toda la noche, así que me pillo con Iñigo y nos damos una vuelta rápida por el pueblo, y tan rápida. aquí no hay nada de nada. La vida se acaba aquí muy pronto. Un par de hoteles grandes y tiendecicas de baratijas. Lo que si se observa es la gran cantidad de pequeñas tiendas de venta de fruta (muy buena), verduras (variadas), leche, yogures y demases, baratos de verdad (1 euro son unos 44 rublos+ o - al cambio). Hemos localizado la farmacia (importante), el locutorio y la sala de internet (puede ser interesante para las largas tardes de este lugar, aunque los horarios son muy rigurosos y a las 5 de la tarde no abre ni el puticlub, no lo encontramos) y algún local de masajes y baños turcos (bien...).
A las 7 la cena, extraña para nuestras costumbre, sopas con patata, todos los días, esto es muy local, trozos de pizzas, quesos y te. Bueno, la he visto peor, seguro que vuelvo a casa con unos cuantos kilos de menos, normal.
Nos juntamos con Igor, el guía ucraniano. La mayoría de la gente que trabaja aquí de guía son de Ucrania, que trabajan en invierno y primavera en su país, en Kiev, que ganan poquito dinero en sus trabajos ordinarios y que se han sacado su titulación de guías de montaña y trabajan en este valle en verano, sacándose muchísimo más dinero, eso es lo que aseguran estos, seguro que es cierto. En el caso de Igor, toda su familia, su mujer ("la gendarme") y su hijo se dedican a esto.
Hemos comentado las etapas de aclimatación y el plan de ascensión al Elbrus, principal objetivo de la aventura, aunque no el único.
De momento mañana nos vamos al Terksol Point, al famoso observatorio, a unos 3.200 m. de altura para empezar.
A la cama, a dormir de un tirón, hasta las 6 y media de la mañana, dormitando hasta las 7 y media, no hay prisa. Estoy nuevo, maño nuevo, vida nueva.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b5/Kabardino-balkaria_map.png

miércoles, 9 de diciembre de 2009

9 de agosto - Empieza la cruzada



Mediodía del día 9 de agosto, día de la salida. De momento ya estoy en Zaragoza, en la estación de autobuses, esperando el que lleva a la T4, a las 12:45. Tengo un día entero con su noche correspondiente. Estoy acostumbrado a estas palizas de viaje, me gusta sentirme vivo.
En Madrid conoceremos a toda la gente, somos 5, 3 palentinos, un vasco y yo, el maño, buena peña.
Aquí estoy, en Barajas, a las 5 y media de la tarde, y con lo que queda para coger el vuelo..., me puede dar algo. Es lo que más me fastidia, tener que esperar esta barbaridad de tiempo, pero no había otra solución, esperé hasta el último momento para coger el billete y es lo que hay. Otra vez me lo pienso antes, pero ni siquiera pude pensar en ello. He localizado la facturación de Aeroflot, me daré una vuelta por el aeropuerto, muchas me temo. Aquí no hay nada, y en las cafeterías de la T1 no me fío de dejar el carro con los petates. En cuanto facture dentro de un rato me vendré a comer algo fresco o agua, aquí hace mucho calor.
Javier ya ha superado el cursillo de natación, duro, pero hay que poner a las cosas algo de emoción. Es un buen chaval, cabezón como yo, sería una buena compañía si le gustara esto, pero no seré yo quien le inicie si no quiere, aunque se que en el fondo le gustan los retos, como a mi. Ya nos parecemos en otra cosa, como no podía ser de otra manera.
Al año que viene te tocará empezar una etapa dura, la que forma tu futuro en la vida. Va a ser algo muy distinto a todo lo que has hecho hasta ahora. Si puedo subir al Elbrus te lo dedicaré, esfuerzo con esfuerzo. Ya os echo de menos......
La tarde es muy larga, no he conocido todavía al grupo, no han debido de venir.
Estos dos últimos años me he tenido que liar la manta a la cabeza y buscar compañía en agencia. No me coinciden nunca las medio vacaciones con la gente que solía salir y además es cada día más difícil. Ya estuve el año pasado en el Atlas con Aragón Aventura. Los conozco desde hace muchos años, aunque no personalmente a todos pero hemos hecho cosas juntos. La experiencia fue buena y este año me ha dado por repetir.
Ya casi es media noche, por fin, a la hora de embarcar. Son Luis, Yolanda, Nuria e Iñigo, la compañía esperada. Tendremos tiempo para conocernos.
Ahora a la lata voladora, queda todavía mucho por delante

Cáucaso, agosto de 2009


8 de agosto
Todo empieza de nuevo, otro año y otra causa. Me estoy mal acostumbrado de nuevo. Llevo un año bastante complicado de trabajo, desde julio del año pasado y creo que esto es lo que realmente necesito, liberarme de todo y de la mejor manera que sé, subiendo y trepando, otra montaña en mi vida, como todas las cosas, altas y difíciles, como a mi me gusta, pero al final, y si dios quiere se quedará un poco más abajo.
Creo que lo que quiero subir no es una montaña, es una meta dura, y seguir caminando, todo se andará. Las cosas están preparadas y todo está en orden, no madrugaré demasiado, a las 12,30 me sale el bus, pero hasta las doce de la noche no cogemos el avión.

jueves, 26 de noviembre de 2009


Prometo que en vacaciones de diciembre me meto con esto, que no tengo derecho a tenerlo más plano que la espalda de un violín.
Empezaré por el final del viaje, hacia atrás, del Cáucaso a los Alpes profundos y a nuestros Pirineos, pasando por el Atlas, impresionante lugar, el Tíbet, y mucho más. Lo prometo de verdad. Además tengo que aprender un montón. Dejo esta foto, no demasiado buena, se me escapó el hombre y el caballo, por encima la cordillera del Cáucaso, Georgia, una letanía de palabras y sensaciones lejanas.
Hasta pronto...........

domingo, 25 de octubre de 2009

De tal palo tal astilla


No es demasiado ilógico entender que uno mismo deja de ser parte de nada cuando hace lo que quiere, o por lo menos lo intenta, y a veces esto no es demasiado fácil. Ves lo que te digo, a mi me pasa continuamente, dejo pasar el tiempo y siempre llego a la misma conclusión, hay que cambiar de pañales de vez en cuando.
Ahora lo acabo de entender, creo, y mientras me quede metralla lo seguiré persiguiendo.
A cada uno le da por alguna cosa distinta, a mi por mi dichoso trabajo y por el monte, no con demasiada frecuencia pero si cada vez con más energía.
Mañana a las seis y media, nueva semana de curro y preparando una cosa muy extraña. Me llegó el sábado, ¿por qué no al Himalaya de nuevo?. Vaya pedrada de perras, y si no puedo dentro de unos cuantos años. El Everest.........patético, estará blindado a unos pocos?. Me voy a la cama, tengo que reposar todo.